"El prefecto" de Alastair Reynolds


Última novela hasta la fecha ubicada en el universo de "Espacio Revelación". A pesar de lo que pueda decir la engañosa publicidad, esta novela no es la culminación de la serie, que ya acabó de modo bastante insatisfactorio en "El abismo de la redención", sino una precuela, que transcurre muchos años antes.

La novela transcurre en "El anillo brillante", un conjunto heterogeneo de habitats orbitales que circundan el planeta Yellowstone. Aunque cada habitat tiene sus propias leyes, cultura y sociedad, todos están englobados dentro de una estructura política democrática, en la que cada ciudadano tiene derecho a voto. Los prefectos son una fuerza policial cuya cometido es, en principio, prevenir el fraude electoral y asegurar la legitimidad del proceso democrático.

Cuando un habitat entero es destruido (junto con las vidas de novecientas personas), el prefecto Tom Dreyfus se embarca en una investigación que acabará desembocando en un golpe de estado y una amenaza a todos los ciudadanos del anillo brillante.

Se trata pues, de un thriller de conspiraciones y acción en el espacio. Alastair Reynolds comentaba cuando se publicó la novela en su pais de origen que era como "24 en el espacio". Hombre, en comparación con Jack Bauer, Dreyfus es un bendito al que la sola idea de la tortura le pone enfermo, pero por lo demás la comparación es bastante acertada. Tanto en la serie como en esta novela los protagonistas se enfrentan a una crisis catastrófica que les cae encima, y pronto requiere la participación de todos los organismos públicos, hay traidores entre sus filas, se las ven con conflictos morales y decisiones difíciles, en algún momento se ven perseguidos por sus compañeros..

La obra nace pues con vocación de entretenimiento, y en ese sentido consigue lo que busca y es practicamente redonda. Uno de los problemas principales de Renolds como escritor siempre me ha parecido que era el dominio de trama y subtrama. Sus obras están estructuradas como dos o mas lineas argumentales que convergen, pero no acaba de cogerle el truco. Tiene tendencia por ejemplo, a dedicar muchas páginas al subargumento de un personaje al principio del libro, que luego desaparece de la vista o se revela poco importante. O a tardar mucho tiempo en desvelar que es lo que relaciona unas tramas con otras, con lo que la novela parece carecer de objetivo.

En "El prefecto", por fin ha solucionado ese problema, los principales personajes se presentan a partir de su intervención en una operación policial y sus consecuencias, y todas las subtramas tienen la importancia que se merecen. Quizá vaya demasiado rápido, sin embargo, por ejemplo, se limita a contarnos las obsesiones de Dreyfus en una escena, pero no vuelva a hablar de ellas, ni nos muestra como influyen en su personalidad, por lo que, cuando se descubren sus causas, la revelación resulta menos impactante de lo que debiera, parece algo improvisado, cuando está claro que no lo es. El periplo de Thalia Ng por los cuatro habitats que visita es demasiado largo, podría haber ido directamente al último y contarnos por encima las otras visitas.

El oficio de escritor tiene algunas decisiones que siempre son cuestionables. Por ejemplo, ¿que es mejor?¿recalcar de alguna manera un detalle nimio que luego tendrá mucha importancia en la historia o contarlo sin ningún interés relevante para que luego el lector se lleve una sopresa?. Reynolds ha optado por lo segundo, con el consiguiente despiste, cuando el lector descubre que aquello a lo que no prestó mucha atencion resulta muy importante, y no recuerda como era exactamente. O tal vez me voy haciendo viejo.

En concreto me pasó con los personajes que componen la delegación de Aubusson, que tras dos visitas anteriores no pillé que iban a tener importancia, y con la descripción de determinado edificio, de diseño francamente singular, que luego resulta muy importante. Diseño que no acabé de entender bien, no sé si debido a que no se explica bien o a que las deficiencias de traducción donde mas se notan es en las descripciones.

Situaciones que requieren una mayor explicación, la prefecto suprema Aumonier o el Relojero, luego son efectivamente explicadas, pero se presentan al modo cienciaficcionero tipo "la puerta se dilató", tal vez es para crear intriga, cosa que funciona, o tal vez no. Como en el caso de la "pared de trajes", una fantasmada realmente divertida, a veces, en vez de esclusa, tienen una pared de nanobots que tejen un traje espacial a tu alrededor a la velocidad en que la atraviesas, pero yo me pase media novela imaginandome una cuerda de la ropa con trajes colgando que tenían en medio por algún motivo. Además como ya lleva muchas novelas en este universo, las explicaciones sobre quien y que son los ultras, los combinados, las mortajas, etc.. son bastante someras. Como ya dije, puede que me esté haciendo viejo.

La ambientación siniestra, marca de la casa en las anterioes entregas, esta ausente en esta, aunque consigue algunos personajes y situaciones francamente inquietantes, como el Relojero o la situación de Aumonier. En esta ocasión, no hay asesinos a sueldo, psicopatas, genocidas o megalómanos en el reparto, cosa contra la que no tengo nada. Hasta el traidor cree que está trabajando por un bien superior, y los buenos de la historia resultan mas humanos de lo que suelen ser los héroes típicos de space opera, meten la pata a menudo, y no tienen respuesta para todo, aunque se esfuerzan al límite. En ese sentido me ha resultado entrañable la prefecto ayudante Thalia Ng, joven inexperta, llena de inseguirdades que no oculta, se pasa medio libro equivocándose, a menudo sin poder evitarlo, pero está dispuesta a morir defendiendo a los civiles y a pesar de sus flaquezas nunca tira la toalla.

Alastair Reynolds siempre me ha parecido bastante mas satisfactorio como escritor de ciencia ficcion que sus compatiotras Peter Hamilton o Iain Banks. En casi todas sus novelas suele haber alguna especulación interesante. Salvo algún momento sobre las simulaciones de personalidad, no es el caso de esta. De hecho, con cientos de habitats a su disposición, solo describe uno con detalle, y es un cilindro tipo Rama típico. Otra de sus costumbres es aprovechar su formación científica para darle alguna credibilidad a ideas de ciencia ficcion pulp. Aquí realmente ni se molesta en intentarlo y nos cuela una máquina para predecir el futuro.

Pero hay una idea que me ha encantado. El sistema electoral del anillo brillante. Parece ser que algún tipo de superordenador que se encarga del recuento, somete a referendun tantas cuestiones de gobierno, que la mayor parte de la gente solo se molesta en votar en las realmente importantes y deja el resto a rutinas informáticas. Los ordenadores, sin embargo, llevan el registro de que voto cada persona en cada caso, y otorgan puntos al voto de ese individuo, dependiendo de si fue la decisión acertada para el bien de la mayoría. Los habitantes de Aubusson estudian concienzudamente toda la información y votan en todos los referenduns, con lo que su voto tiene un peso muy importante, y viven del dinero que los grandes trust o copañias les pagan por recibir su información. Es decir, les venden su tiempo para que intenten convencerles de que favorecer sus intereses es por el bien común, una oportunidad unicamente, puesto que su voto debe reflejar unicamente el interés común si quieren que siga siendo relevante.

A parte de las gigantescas capacidades de cálculo, me parece muy difícil determinar cual es la decisión correcta para el bien común, pues las definiciones de "bien", varian mucho y aún despues de años resulta dificil dilucidar si una decisión fue correcta o no, pero aún asi la idea me gusta mucho.

Tambien es bueno el momento en qu eel traidor expone sus puntos de vista: empieza estableciendo que viven en un paraiso, una utopia, y como, para preservarla, es necesario renunciar algunas cosas, y de un modo totalmente ingenuo, a continuación explica como destrozar todo lo que convierte el anillo brillante en una utopia. ¿Será la típica crítica a la era Bush post once de Septiembre o será accidental?

Estilísticamente, pues bueno, no hay que esperar mucho. Esta escrito del modo típico en que todos los escritores anglosajones con vocación comercial escriben hoy dia, mas o menos, sin alardes ni ínfulas artísticas, pero con algún buen momento efectista.

Producto muy entretenido, sin mayores ambiciones, bien realizado y con algunos aspectos interesantes. A ver si la Factoria se anima a publicar las novelas de Reynolds que no pertenecen al "Espacio Revelación".

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