HellBlazer de Andy Diggle


John Constantine es lo mas parecido que hay un superhéroe que existe en la línea vértico. Como tal, mientras las cifras de ventas se mantengan decentes o la editorial que la publique no entre en crisi, la serie nunca morirá pese a quien pese, como Spiderman, como Lobezno, ... o como Dylan Dog, Martyn Mystere y quien sabe cuantos detectives de lo oculto.

Incluso si algún dia la cierran, seguro que volveria en multitud de Miniseries, Constantine es un personaje que cala muy hondo entre determinado público y que despierta pasiones entre los guionistas, preferentemente de origen británico, lo que ha llevado a que la mayoria de sus guionistas sean ingleses, escoceses e irlandeses.

Con unos requerimientos tan fáciles de cumplimentar le llega el turno a Andy Diggle, cuya etapa Planeta deAgostini ha recopilado en 3 tomos, titulados "Paseo en coche","El mago sonriente", y "Las raices de la coincidencia", aunque no en todos vienen los titulos.

Una de las cosas buenas de esta colección, es que sus diferentes etapas suelen ser muy autocontenidas. Los guionistas que llegan a la serie suelen crear su propio grupo de secundarios propio que, aunque no siempre, suelen ser masacrados en el arco final, en donde se cierran todas las lineas argumentales pendientes.

Por lo que es bastante facil seguir esta coleccion por guionistas, porque realmente existe muy poca continuidad entre cada etapa.

Por lo que sé, Andy Diggle está todavia poco consagrado en esto. Si ya sé, hizo una colección de Vertigo "Los perdedores", que ya ha sido llevada al cine, pero tuvo relativamente pocos números para lo que acostumbran, y creo que las ventas no fueron muy alla. Antes de eso hizo una miniserie sobre la remota antepasada de John Constantine, Lady Johanna, algunas cosas británicas, un par de miniseries (una de Batman y otra rarilla), tradujo al comic un argumento de Guy Ritchie, hizo un "Green Arrow Year One", y ahora mismo anda por la marvel donde tras pasar por los Thunderbolts ha acabado desembarcando en Daredevil. Dicho asi parece mucho, pero con las cantidades ingentes de páginas que tiene detrás la gente que vive de escribir tebeos, no me parece tanto. Por lo que le llevo leido, hace historias entretenidas, que no son particularmente originales o brillantes, y su mayor preocupación suele ser la planificación de escenas de acción con el dibujante de turno.

Hellblazer es algo totalmente distinto, pero Andy cogió al toro por los cuernos y salió con ello con nota. En sus 20 números, salpicados de aventuras autoconclusivas y puntos de vista externos, John trata de volver a ser el que fue, uno de los grandes con un inimitable estilo, mientras se enfrenta a un lord británico especulador que quiere construirse un mas alla propio y a un brujo africano que quiere comérselo (Literal).

Ya he dicho antes que las étapas son mas o menos independientes, pero Mike Carey dejó un buen marrón a sus continuadores, cuando, en una decisión rigurosamente correcta desde un punto de vista argumental, John decidió abandonar la magia.

Denise Mia pasó de puntillas por el tema en el largo quiero y no puedo de su estancia en la serie. Diggle hace algo parecido, no se habla del tema hasta casi el final, cuando aparece Chas por primera vez (quien curiosamente parece haber vuelto con su mujer).

Diggle no crea nuevos secundarios. Su John Constantine es mas frío y duro de lo habitual, y sus comentarios son bastante menos graciosos que en otras ocasiones, pero sigue siendo igual de tramposo y amoral, aunque en esta ocasión los peones que sacrifica no son nunca amigos suyos. Miente, engaña, manipula, mete la pata, empuja a un enemigo contra otro y se saca ases de la manga cuanto menos te los esperas.

Tal vez un tema que no acaba de convencerme es el uso de la magia. Personalmente no creo en la magia, y encuentro que las descripciones de rituales y hechizos siempre bordean el mas absoulto ridiculo en cualquier obra de ficción. Afortunadamente, no se recitan largos ristas de palabras impronunciables, ni hay trabalenguas en este comic, pero..digamos que algunas cosas que explican demasiado, sobre todo en lo referente a los manejos del lord ingles. Peor aún, en el último número le buscan una causa distinta de la mala suerte a todas las desgracias que le han ocurrido a Constantine, que en un ejercicio de retrocontinuidad atribuyen a uno de los mas incomprensibles números de Jaime Delano.

Eso me ha parecido la típica cosa que se hace en los comics de superheroes y que cabrea a todo el mundo, es algo gratuito y totalmente innecesario.

En cuanto a los dibujantes, hay por lo menos 3, Leonardo Manco, que es muy bueno y muy apropiado para la serie, aunque a veces emborrona muchos sus propios dibujos. En esta etapa al menos, no se le ven las huellas dactilares, como en la de Denise Mina. Es ideal para ambientes sórdidos y lúgubres, y es de los dibujantes con los que John Constantine es inequivocamente Sting. Se ha tirado mucho tiempo en la serie, y en mi opinión ha tenido mala suerte. Cuando llegó, la etapa de Mike Carey ya estaba terminando, se comió la de Denise Mia, y en esta ya estaba con ganas de largarse.

En sus labores le acompaña, en el segundo tomo, mi viejo amigo Danijel Zezelj, que ha mejorado bastante desde sus colaboraciones con Azzarello, pero cuyo estilo todavia resulta tosco, y con problemas para los fondos, y en el tecero Giuseppe Camuncoli, a quien no conozco de nada. Su historia curiosamente transcurre en Roma ¿decidieron poner a un italiano a dibujar italia?. Giuseppe me ha sorprendido gratamente. Su dibujo no es nada espectacular, es sencillo, de trazo limpio y esquemático, que lo acercan a la linea clara, pero sabe sacar partido a sus pocas lineas, darles expresiones faciales a sus actores, está lleno de hallazgos visuales, y es narrativamente habil. Le falta espectacularidad para hacer comics de superheroes, pero se las apaña bien en otros registros.

Llego el momento de llegar a una conclusión. El "Hellblazer" de Andy Diggle es un buen comic de Hellblazer y les gustará a los fans de la serie, existe buena sintonia entre guionista y dibujantes y el personaje. Es lo que cabe esperar de un comic de John Constantine, y esa es la unica pega que le veo, que tiene un tufillo a ya visto en numeros anteriores, aunque realizado con gran profesionalidad, Diggle no le aporta nada personal o de su propia cosecha. Ah, y lo de la retrocontinuidad sobraba.

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