Daredevil: La mano del diablo



Por fin, después de un largo periodo de espera, tenemos un Daredevil que echarnos al coleto. Lamentablemente, por el proceso se ha perdido la grapa, y aunque reconozcamos que los tomos son muy bonitos, y que la calidad es buena, esta obra se hizo pensando en ser publicada mes a mes, y su lectura unitaria tiende a desvirtuarla. Que se le va a hacer, se acabó la andadura mas larga de todos los tiempos del cuernecitos en grapa en España.

Vivimos tiempos de relevo generacional, Andy Diggle y el para mi absolutamente desconocido Anthony Jhonston se ocupan de los guiones, y Roberto de la Torre (que resulta que nació en Madrid) y Marco Checchetto de los dibujos.

Después de Brian Michael Bendis y Ed Brubaker, supongo que se imponía un cambio de rumbo. Además, se estaban quedando sin guionistas de serie negra, Azzarello está muy pillado por DC, y nunca ha vuelto a ser lo que era, Greg Rucka por un momento pareció una posibilidad muy certera. De haber sido él el elegido nos habríamos encontrado con un gran trabajo de caracterización de personajes e ideas interesantes, y la colección habría estado muy bien, siempre y cuando te la leyeras en bloques de 20 números (tiempo mínimo que parece necesitar el Rucka para que pase algo). Al final el honor recayó en Andy Diggle, guionista especializado en la acción, que hizo un gran trabajo con “Los perdedores”, un “Hellblazer” que no estaba mal, y una etapa en los “Thunderbolts”, que abandonó cuando mejor estaba la cosa.

Asumió la colección en un momento difícil, Brubaker había lanzado su “desafio de Daredevil”, dejándole con el abogado ciego al frente de la mano. El Quesada dijo que había elegido a Diggle por la grandes ideas que tenía para el personaje. Me pregunto cuales serían, porque dada la situación en que lo dejó Brubaker, (a menos que lo hablaran entre los dos), no tenía mas remedio que seguir con la trama que este le montó, y durante muuucho tiempo. Añadiré que me parece una putada eso de dejarlo a posta en una situación tan comprometida, si a mi se ocurrieran ideas tan atractivas, me jodería que las desarrollara otro.

Bien, en los últimos tiempos Daredevil se estaba convirtiendo en una sucesión de putadas que le caían encima una tras otra al pobre Murdock, se acumulaba un exceso de dramatismo y profundidad psicológica. Iba haciendo falta una cierta renovación y algo mas de dinamismo. Y eso no se puede negar que se ha conseguido. Tras un prologo que se incluyó en el especial “La lista”, con el objetivo de que los fans de Daredevil y Nick Furia nos gastáramos los dineros en un tomo que por lo demás no nos interesaba, entramos en faena, en una saga en la que, presumiblemente, llevado por sus buenas intenciones el gladiador escarlata intentará utilizar el mal para hacer el bien, y por el camino se perderá en su lado oscuro.

El objetivo de entretener se cumple sin reservas, hay bastante acción y violencia, sus momentos dramáticos, y una cierta intriga que resulta bastante atrayente. El estilo efectista y sin textos de apoyo de Diggle se adecua bien a la lectura en tomo, aunque algunas líneas argumentales resultan repetitivas al leerse de seguido, como son las reiterativas apariciones de Kingpin, o la insistencia en lo fácil de manipular que es nuestro protagonista.

De la Torre y Checchetto hacen un buen trabajo. El madrileño es mejor dibujante, sus ambientes son mas malsanos y oscuros y sus ninjas y héroes dan mas miedo. Por desgracia también es mas borroso. A Checchetto se le entiende mejor, tiene un estilo mas definido y peor, aunque con la ayuda de coloristas y entintadores, consigue una escena de gran belleza visual, la de la pelea con los ninjas en la nieve.

Los pegos que le pongo a esta historia son mas bien de fondo. Es que todo ocurre demasiado deprisa, está el sempiterno sentido de culpa del chico de la cocina del infierno, y todas las desgracias que le han venido ocurriendo últimamente, pero no me acaba de parecer que eso justifique su cambio de actitud. Norman Osborn no acaba de subir al poder ahora, lleva ya bastante tiempo fastidiando. Daredevil ha sido siempre el “detengo a los criminales para que nuestro sistema de justicia los juzgue”, aunque a veces se la haya ido la olla, lo suyo es no matar, creer en las leyes, molestar a Frank Castle y a todos los que intentan tomarse la justicia por su mano. Y de repente tenemos que impone por la fuerza un estado policial en la cocina del infierno. No me lo acabo de creer. ¿Eran estas las grandes ideas que tenía Diggle?

Porque el rumbo que está tomando la colección parece un refrito de los último crossovers de la editorial y de fórmulas que han tenido éxito para revitalizar otros personajes. Lo que está haciendo con sus ninjas es muy parecido (a pequeña escala), a todo la trama de la iniciativa, no tiene una prisión en la zona negativa, sino un GULAG en la cocina del infierno, el acontecimiento “Shadow Land”, que está en cartel en EE UU ahora mismo, parece su “Civil War”, (y me preocupa mucho como lo publicará Panini, seguro que lo hace en tomo como con “Annhilation”, para que me tenga que comer comics del caballero luna, power man y el motorista fantasma), allí aparentemente morirá, otro héroe (“Pantera Negra”), ocupará su lugar por un tiempo, mientras se gesta su resurrección, como la del capitán américa….

En fín, si hacemos caso a lo que dicen los españolitos en las webs, es todo tan repetitivo que no genera ningún interés. Yo al menos me gastaré mis euros.

Así que concluyendo, una obra entretenida que se lee bien, cuyo argumento no acaba de convencer del todo. La mano lleva mucho tiempo infrautilizada en Daredevil desde que se incorporó a su universo con Millar, limitándose a algunas apariciones en la etapa de Chichester y a proporcionar carne de cañón para las garras de Lobezno. Siempre he pensado que se echaba en falta una gran saga de la mano. Entre Brubaker y Diggle estamos teniendo una dedicación exclusiva de Daredevil a estos ninjas que dura…. Años. El tiempo dirá si es una gran saga o solo una saga muy larga.

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