El despertar de Nuxlum





Arrinconado en un oscuro rincón de una biblioteca pública madrileña, situada a mitad de camino de las estaciones de metro de Ventas y Diego de León, conseguí encontrar un ejemplar de “El despertar de Nuxlum”.

Este libro son en realidad dos novelas, “Nuxlum” y “El despertar de Nuxlum”. La primera nos cuenta la historia de un grupo de personas que por distinto motivos aceptan el trabajo de poner en marcha una instalación minera en un planeta lejano. Encuentran el lugar abandonado y en mal estado, hay extraños aparatos sin ningún propósito aparente, o cuyo propósito es espiarles, indicios de extraños experimentos llevados a cabo en el lugar, empiezan a desconfiar unos de otros, mientras se van desvelando sus secretos y su pasado, y uno a uno, los protagonistas van muriendo violentamente.

Nos encontramos ante una magnífica variante del género “casa encantada”, versión ciencia ficción. Como tal resulta irreprochable, si no pareciera de lo más inadecuado utilizar ese adjetivo para una siniestra historia en la que casi no queda ni el apuntador, diría que es “deliciosa”. El sentido del ritmo roza la maestría: sin llegar nunca a abrumar el lector, los golpes de efecto se suceden uno tras otro, tras cada pocas páginas, se añade un nuevo elemento al puzzle, se incorpora un nuevo misterio. Se trata pues de un entretenimiento de cuidado, cuya única pega es no atar bien todos los cabos sueltos.

La segunda novela en comparación, resulta mucho mas floja. Asistimos en ella al enésimo conflicto independentista entre las colonias espaciales y la tierra, instigado por intereses particulares y oportunistas, la sinrazón de la guerra, arrollando todas las buenas intenciones, volviéndose incontrolable y llegando mas de lejos de lo pretendido, temas de lo más habituales en la obra de José Antonio Suárez.

Hay que decir en su favor, que en ambas dos se esfuerza por humanizar a los protagonistas, aquí todos son antihéroes, los mas buenos tienen sus defectos, los mas malos sus virtudes, aunque a pesar de ello quedan un poco esquemáticos.

Angel Torres Quesada es el escritor español de ciencia ficción que menos me gusta, de entre los que me gustan. Y es también el escritor español de ciencia ficción del que mas libros tengo. José Antonio Suárez va camino de ocupar la segunda plaza en ambos rankings. Ello se debe a que tiene virtudes y defectos muy marcados

Lo que he dicho hasta ahora parece un compendio de sus virtudes, entre las que habría que añadir su capacidad de ir al grano. Con los años cada vez voy odiando mas la paja y lo accesorio. Bien, pues debería deleitarme con este hombre. En sus obras no sobra nada, de hecho, todo sucede tan deprisa, tan sumamente deprisa, que puede llegar a cansar. De un extremo pasa al otro, hay situaciones que pierden su impacto por lo breve del tiempo que se emplea en describirlas. A diez páginas del final, te puedes encontrar con que se monta un jaleo descomunal, como de hecho hace en la segunda novela y mas o menos lo terminará. De un modo apresurado. Pareciera que le cobrasen por página. Es este descuido y cierta tendencia a la repetición, lo que le aleja de mis idolatrados.

No sé nada de él, creo que estudió derecho y es funcionario, como tal tiene las tardes libres y las emplea en escribir. Su condición de funcionario se nota en los puyazos que dirige a sus compañeros de condición, a las administraciones, burocracias y a las compañías privadas que contrata el estado. Se nota también que es un hombre de su tiempo que entiendo como funciona el mundo. En esta obra por ejemplo resulta difícil no simpatizar con los sentimientos que los bancos generan en uno de sus protagonistas, y tiene una visión crítica de las grandes empresas y el ejército.

No creo que tenga grandes conocimientos científicos, de hecho algunas de las disquisiciones sobre física me han sonado a la tecnojerga de Data, pero intenta todo lo que puede ser respetuoso con la ciencia. Es mas, tal vez sea yo el que no los tiene, a fin de cuentas en Nuxlum utiliza correctamente y con conocimiento de causa el término “Sistema Experto”, casi se me saltan las lágrimas al leerlo.

Y son estos dos últimos puntos, reflexión sobre el mundo actual y especulación científica, los que me hacen reivindicarlo más. La mayor parte de los autores españoles me parece que no hacen lo que yo llamaría “auténtica” ciencia ficción. Utilizan el género como excusa para ambientar historias de aventuras, de terror, como metáfora o para explorar sus neuras personales. No tengo absolutamente nada en contra, de hecho si lo hacen con talento pueden obtener obras maestras, Phillip K. Dick revolucionó el género de ese modo. Pero me parece que juegan con lugares comunes, que no aportan nada nuevo, se limitan a intentar darle un toque personal o darle una enémisa vuelta de tuerca a temas clásicos e inagotables: las paradojas temporales, la reconstrucción de la civilización tras una catástrofe..... Hecho en falta la vieja y sensata especulación científica y tecnológica, y si lo quieren política, que dio vida a la ciencia ficción.

En esto libro en concreto, no es una parte muy importante, pero en los que llevo leídos hasta ahora (creo que está abandonando la ciencia ficción), extensa o reducida, brillante o mediocre, te encuentras siempre una reflexión y una especulación interesante, al leerlo piensas, esto “” es ciencia ficción.

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