"Robin Hood el cruzado" de Angus Donald



Segundo número de la serie que Angus Donald está dedicando al mítico forajido de Sherwood. Siguiendo lo que quedó apuntoado en el primer libro, la acción se traslada a las cruzadas, lo que resulta un problema mayor de lo esperado. Es tremenda ls influencia que ha tenido Kevin Costner sobre el mítico arquero. Antes de la pelicula de dicho actor, Robin Hood jamás había sido un cruzado, después de que se le ocurriera mezclarlo con el Ivanhoe de Walter Scott, como que no hay versión del personaje, ya sea en cine o en televisión, que se libre de su paso por tierra santa.

El primer número de la serie se benefició del aroma de la leyenda de Robin Hood. Esa versión desmitificadora de Robin Hood estaba arropada por el encanto de las interioridades oscuras del bosque, y parte de su atractivo estaba es la deconstrucción de los personajes tradicionales de la historia, que la globalización, o mejor diría, la anglosajonización ha hecho casi universales.

Pero ahora nos encontramos con el grupo de proscritos se ha convertido en un esforzado grupo de cruzados, y la obra se resiente de ellos. Desvinculada del modelo original, ha de brillar por sus propias virtudes, no por asociación, y no brilla demasiado. Para empezar, repite punto por punto la estructura del primer libro, incluyendo la subtrama ubicada en el presente, con Alan A Dale anciano, que no pinta nada en la historia, y la lamentable intriga criminal. Algún amigo debería indicarle a Angus Donald lo mal que se le dán, porque, según leo por intertnet, en el tercero vuelve a inlcuir una subtrama policiaca y no es de recibo, los protagonistas siguen sin ver al traidor que tienen bajo sus narices, a pesar de que el lector le descubre practicamente desde el primer momento, y no es intencionado, no hay el menor suspense hitchcockiano.

Donald muestra a un Robin Hood despiadado, que sólo se preocupa por su familia, o tribu, y que es capaz de cualquier crueldad para protegerla y proteger sus intereses. Nada que objetar, de no ser porque ya lo vimos en el número anterior de la saga, igual que ya vimos el shock de Alan cuando descubre que su héroe no es tan heroico, después de todo. Es como si la relación entre los dos se hubiera reseteado, aunque aquí por fín llega a haber un conato de conflicto.

Ignoro si históricamente es correcta o no, todo lo que cuenta de la cruzada es perfectamente rastreable, así que supongo que lo será. Por lo demás, la escritura es simplemente correcta, aunque emocionantes, las batallas no resultan muy vibrantes, a los personajes les falta vivacidad, los dialogos no transmiten autenticidad y los intentos de humor son patéticos.

A los interesados en Robin Hood no creo que les interese, pues en esta novela lo único de Robin Hood que hay es el nombre. A los que les interesen las cruzadas, pues no creo que vean en la novela nada del otro mundo, aunque correcta, no es precisamente la novela definitiva sobre la tercera cruzada. A los que busquen una novela de aventuras, estos no se verán defraudados, no está mal, huye de los maniqueísmos y es entretenida, aunque en el fondo, se quede en un "Quiero ser Bernard Cornwell y no puedo".

Comentarios

  1. Sobre lo histórica que resulta la novela, todas las dudas se aclaran en http://lanovelaantihistorica.wordpress.com de 20 de septiembre de 2012.
    Una de cal y dos de arena. Donald usa la Historia como le da la gana. A veces es exacto y otras mete la pata hasta el fondo. Sobre todo cuando trata de hacer a Alan de Westbuty, el narrador, un "tío majo", como de hoy día, en lugar de describirlo como lo que es: un pequeño caballero de la época feudal que debería, por fuerza, tener un modo de ver las cosas y hacerlas muy diferente al nuestro. Pero, claro, hay que vender la novela, ¿no?. Mejor tomemos al público por idiotas incapaces de soportar la verdad. Por si acaso.
    Este es el nivel de "Robin Hood II. El cruzado" como novela histórica.

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