"Los fabricantes de armas" de Alfred




Bueno, creo que esta vez renuncio. Me niego a intentar explicar el argumento de una novela de Alfred A Van Vogt. Al aprecer esta es un secuela de "Las armerías de Isher", que lei hace tiempo, me pareció muy entretenida, pero no entendí que demonios pasaba con el pobre hombre del siglo XX que iba dando tumbos por el tiempo. La cosa transcurría en un futuro muy lejano, en que la humanidad estaba regida por una emperatriz entrenada mentalmente desde la infancia para llevar el poder, enfrentada a un gremio de armeros, que venden armas todopoderosas, que aseguran la inmunidad del que las usa, pero que solo pueden usarse en defensa propia, por motivos no muy bien explicados.

Aquí tenemos a un tal Hedrock, que es inmortal (los motivos por los que lo es apenas son esbozados, y te enteras de su inmortalidad casi casualmente), que intenta poner a la disposición del público la tecnología para lograr viajes interestelares mas rápidos que la luz, se enfrenta a los armeros, y a unos extraterrestres todopoderosas, con la habitual fuerza de ánimo y calmada confianza en su superioridad sobre el resto de los mortales que caracteriza a los héroes de Van Vogt.

Decir que la obra es trepidante, es quedarse corto. Las cosas ocurren deprisa, condenadamente deprisa, aunque se expresa bien, hay que leer con atención, porque si te despistas ocurre algo importante si que te des cuenta, y de repente todo el escenario ha cambiado. Por una vez, la traducción es medianamente decente, lo que aumenta mucho su comprensibilidad, aunque las cosas no acaben de tener mucho sentido. Lo tengan a la manera de Van Vogt.

Así que ya saben, ciencia ridícula, personaje principal superior al común de los mortales y consciente de ello, ritmo tan acelerado que resulta cansino. Lo habitual en Van Vogt. Aunque hay que reconocer que en la novela hay muchas ideas, alguna de ellas interesante, la necesidad de que exista siempre una oposición al gobierno, en la que solo se podrá confiar mientras su objetivo jamás sea suplantarlo, las escenas con los alienigenas son fascinantes, y es de agradecer el idealismo de sus personajes, Van Vogt parecía pensar que una super inteligencia implicaba un infinito amor por toda la humanidad y una cierta aversión a la violencia. Por todo ello sospecho que me habría encantado de haberlo leido durante la adolescencia, ahora me pilla un poco talludito.

En suma, un trabajo tópico del autor, aunque bastante por encima de la media.

!Esta es la raza que regirá el sevagrama!

Comentarios

  1. como consigo leer ese libro? esta agotado en librerias
    Mario marioemoya@live.com.ar

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