Trilogía "Vikingo" de Tim Severin






Veleidades tecnológicas han estado a punto de conseguir que esta reseña jamás fuera escrita y me han arrebatado el apoyo del corrector ortográfico. Pido por adelantado excusas ante cualquier falta de ortografía que se me escape. La saga "Vikingo" de Tim Severin, se compone de tres volúmenes: "El hijo de Odín", "Hermano de sangre" y "El hombre del rey". En ellos se nos cuenta la vida de Thorgils Leiffson, hijo del legendario Leiff el afortunado. Thorgils es un personaje guiado por una insaciable sed de conocimientos, que le llevan a explorar los más remotos confines de los dominios nórdicos de la época.

Thorgils nace en Islandia, se cria en Groenlandia, participa en los intentos de colonización de Vinland (Canadá al parecer) , vuelve repetidas veces a Islandia, participa en la batalla de Clontarf, es testigo de la muerte de Brian Boru y, tras la derrota, es esclavo en Irlanda. Visita Inglaterra, conoce fugazmene a Canuto el grande y se ve involucrado en alguna de sus guerras, es varego o varengo, como dice el libro, en Bizancio, donde conoce a Harald Hardrada, a cuyo servicio estará, mas o menos, hasta que, ya con sesenta años, presencie su muerte. En resumen, una vida muy ajetreada y llena de experiencias.

Si la novela histórica nace del matrimonio entre la información y la acción, en esta serie es la primera la que se ve privilegiada. Tim Severin se revela más como un divulgador que como un narrador. Los que acudan a esa serie buscando algo similar a las vibrantes andanzas de Uhtred de Benbangurd pueden llevarse un chasco. El ritmo es mucho mas pausado y apenas hay una progresión dramática, se trata de una sucesión de anécdotas, aparentemente interminable, que fuera de que le ocurren a la misma persona, guardan poca relación entre si.

El esquema que siguen es siempre el mismo. Thorgils llega a una nueva región. Conoce a alguien que le instruye en algún tema que resulte de interés al autor, como puede ser el funcionamiento de un Althing, la caza y la cetreria en la edad media, la acuñación de moneda, las tácticas de combate cuerpo a cuerpo, la fabricación de máquinas de guerra y un largo etcétera. Una vez finalizada la pequeña conferencia, ocurre alguna calamidad, pequeña o grande, hay alguna muerte y Thorgils ha de trasladarse a su sitio.

El caso es que Severin se explica bastante bien, con lo que estas charlas se leen con agrado y aunque no es un fino estilista, de hecho su prosa es totalmente funcional, resulta de agradable lectura y no se hace pesado, a lo que contribuyen las infinitas peripecias que le ocurren a su viajero protagonista. Aunque no es un guerrero, Thorgils se envuelto en un montón de batallas, peleas y asesinatos, además de naufragios, negociaciones, misiones de espionaje y fugas. Cierto que estos azares no están narrados con demasiada garra, pero la cantidad compensa la falta de calidad. Por desgracia, algunas de sus experiencias parecen metidas con calzador, en concreto la aparición de Macbeth en el tercer tomo, es como si el autor no pudiera resistirse a montar un cara a cara entre Thorgils y todos los personajes importantes de la época, aunque su aparición resulte puramente anecdótica y no se aporte ninguna información original sobre ellos. Thorgils tampoco es un personaje demasiado atractivo, básicamente es un mero observador, que hace de testigo a los hechos que Tim Severin quiere poner en conocimiento del lector.

Para animar un poco las cosas, hay unos ligeros toques fantásticos. Thorgils posee la "segunda visión" tiene sueños proféticos y ve visiones y fantasmas. Por desgracia, esto significa que un buen montón de sus preceptores le instruyen en la magia y la hechicería y, yo al menos, he encontrado muy poco interesantes sus múltiples experiencias chamánicas.

Estando avisados y salvando esos pequeños peros que acabo de señalar, me han resultado una lectura amena e interesante, que dibuja un extenso fresco, no solo del mundo vikingo, sino de la edad media de la época.

O eso habria dicho hace unos años. Por aquel entonces pensaba, que todo los datos que leía en una novela histórica, tenian por fuerza que ser ciertos. Por desgracia, Carlos Rilova Jericó, en su excelento sitio lanovelaantihistorica.wordpress.com ha acabado con esa ilusión y, como no soy historiador ni domino el tema, no sé si la información recibida es correcta o es un cúmulo de sandeces. Lo que se cuenta sobre las expediciones a Vinland concuerda con lo que ya sabía, así como lo que se cuenta de la batalla de Clontarg concuerda con la exposición que vi en el museo de Dublín durante estas vacaciones de verano, pero no puedo decir mucho más.

Disfrutaba mas de la lectura cuando vivia en la ignorancia.



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