“El mar quebrado” de Joe Abercrombie

 
 
 
 
—¿Quieres que te narre un relato?
 
—¿Qué clase de relato, hermano Yarvi?
 
—Un relato de sangre y engaño, de dinero y asesinato, de traición y de poder[...]
 
—Son los únicos que me gustan. ¿Salen elfos? ¿Dragones? ¿Trolls?
 
 Yarvi negó con la cabeza.
 
—Las personas pueden hacer todo el mal que queramos.
 
—Tienes razón de nuevo. [..]
 
Este fragmento de dialogo del último capítulo de “Medio rey” define perfectamente la trilogía del mar quebrado. Un relato de fantasía, sin fantasía, sin magia, sin criaturas extrañas. Solo seres humanos imperfectos, capaces de lo mejor y de lo peor, traicioneros, vengativos, sanguinarios y crueles. Ocasionalmente leales y abnegados. Abercrombie aporta grandes dosis de realismo a la fantasía heroica. Fantasía heroica sin héroes. Fantasía épica sin fantasía y sin épica, casi pacifista. Hay grandes batallas en cada uno de los libros que la componen, pero no gloria, solo miedo, horror y sangre. Hasta me he sentido tentado de etiquetarla como ciencia ficción, cosa que es técnicamente cierta. Y todo eso lo hace dentro de lo que ahora han dado en llamar “young adult”, literatura para jóvenes, adolescentes algo crecidos, a los que puede atragantárseles una visión del mundo tan poco idílica.
 
La estructura de la serie se basa en la pluralidad de puntos de vista, que se van abriendo como un ramillete. “Medio rey” transcurre desde los ojos de un único personaje, en “Medio mundo” son dos, y en “Media guerra” tres. Atento a su público, los protagonista son todos jóvenes en la difícil encrucijada de pasar de adolescentes a personas adultas, buscando su sitio en un mundo que empiezan a comprender y afrontando decisiones que les cambiarán para siempre. Los personajes principales de cada libro no se repiten, lo que no evita que aparezcan en libros posteriores, contemplados desde el punto de vista de los nuevos protagonistas.
 
El personaje principal es Yarvi, un joven príncipe nacido con una mano deforme que lo incapacita para usar una espada y que se ha formado como clérigo. Cuando su padre y su hermano son asesinados por sus enemigos, jura vengarse de los responsables. La serie en el fondo es la crónica de como lleva a cabo su venganza “astuciosamente” y como se transforma en una persona cada vez mas despiadada.
 
Con sus largos viajes, los dos primeros libros me han recordado mas a los clásicos de las novelas de aventuras decimonónicos que al “Señor de los anillos” o a las novelas de fantasía mas modernas y lo considero un cumplido, además de un soplo de aire fresco. A su modo las dos son estupendas novelas de aventuras. La escena de la muralla de escudos de “Medio mar” es digna del mejor Bernard Cornwell. El tercero, como su título indica, es el volumen mas bélico de la trilogía y, en mi opinión el mas flojo. Por un lado, los personajes resultan menos veraces. En el fondo, todos los personajes de la serie son bastante tópicos, pero en los dos primeros libros Joe Abercrombie consigue trascender esos tópicos, consigue que el lector se los crea y los asuma como personas y no como estereotipos, mientras que en el tercero, aunque ronda el éxito en varias ocasiones, la magia no termina de producirse. Yo al menos no me los creí y no terminé de preocuparme por ellos. Segundo y mas importante, resulta algo apresurado.
 
Hay batallas en las que se decide el destino de reinos, se enfrentan enormes ejércitos y se destruyen ciudades y todo ello se cuenta en muy pocas páginas, de un modo correcto, pero poco impactante. Mucha gente le echa la culpa al target de público “young adult” al que la serie va dirigida. En cualquier caso es un final mas que correcto, en el que se atan todos los cabos sueltos, con alguna sorpresa y consecuencias desagradables para muchos de los protagonistas. Lo mas importante de todo, coherente con la evolución psicológica de los personajes, de modo el destino al que llegan es al que les avocaban sus personalidades. Aún así es un pobre contraste con el final de los dos primeros, en los que Abercrombie juega con los tópicos para trascenderlos. Cuando todo parece dirigirse en una dirección y el lector está esperando el inevitable triunfo de los héroes, las cosas cambian y el autor nos da gato por liebre, pero de un modo que resulta sorprendentemente lógico.
 
Ha sido mi primer contacto con la obra de Joe Abercrombie y lo he encontrado mayormente positivo. Es un autor con un buen pulso narrativo, talento para los diálogos y habilidad para confeccionar personajes, aunque sean esquemáticos. Lo mejor, siempre muestra las dos caras de la moneda y las consecuencias de las acciones de los protagonistas. Los enemigos no son una muchedumbre de orcos sin nombre, sino personas, con sus virtudes y sus defectos. En esta trilogía, cuando los “buenos” toman una ciudad, prenden fuego a las casa de los civiles y los venden como esclavos. Cuando la lucha termina, los reyes y reinas pasean por los campos de batalla cubiertos de cadáveres, los hospitales de campaña y las ciudades en llama y son conscientes de que ésa es su obra, independientemente de los motivos que tuvieran en un primer momento. De haberla leído con la edad del público a la que va dirigida, esta trilogía me habría abierto los ojos y habría cambiado mi visión del mundo. Lo peor, un cierto abuso de los lugares comunes, que hace muy previsible la historia en ocasiones.
 
 Lo peor: el desencuentro amoroso adolescente entre Brand y Espina en el segundo libro.
 
 
 
 
 
 
 

Comentarios

  1. Buenas,

    Pues de acuerdo con tu critica, comentar además(sin hacer spoilers) que el tercero además de ser el más flojo, es el más previsible, quitándole esa caracteristica frescura que aporta el autor en sus libros.
    En cuanto a la historia de Brand y Espina, supongo que está dirigida a ese publico "Young Adult" que mencionas, a mi no me molesta tanto como ciertos elementos previsibles del tercer libro y la poca talla de los supuestos protagonistas de dicho volumen.

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